“Protesta de corazón” / Fernando Mendoza Resendiz / Puebla, Pue. (Caricatura)


Problema:
La protesta como violencia.

Solución:

La protesta es un derecho, una obligación y una gran responsabilidad. Todos los habitantes del pueblo mexicano deberíamos protestar ante el tipo de acontecimientos como el de Ayotzinapa, y no es que no lo hagamos, el mexicano tiene una vocación histórica de la protesta, pero creo que debemos sumarle a esta, y quizá suene un poco cursi, ese sentimiento “amoroso” por llamarle de alguna manera. Quizá sea una forma de contrarrestar la violencia en la cual nos ha sumido el estado mexicano. Entendiéndose por “amoroso” el tener conciencia, conocimiento y reconocimiento sentimental por lo que estamos protestando y posiblemente de este modo vamos a poder hermanarnos aún más de lo que estamos en este camino del dolor. 

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